Danny Boyle es uno de esos directores que se merece todos
mis respetos. Ha ganados Oscars, saltado de género en género resultando
solvente en todos ellos y es responsable de películas que han pasado a ser de
culto (hablo evidentemente de ‘Trainspoitting’ y ‘28 días después’, que
revitalizó el cine zombi).
Así que siempre que surge un proyecto suyo hay mucha
expectación. Es cierto que sus dos últimas películas me defraudaron, ya que
‘127 Horas’ me resultó bastante aburrida, y más teniendo el referente de la
excepcional ‘Buried’ de Rodrigo Cortés y ‘Slumdog Millionarie a pesar de ser
muy rica visualmente hablando (normal por el referente a Bollywood) no me llegó
a convencer para nada.
Tres años después nos llega el nuevo trabajo del director
británico, Trance. Protagonizado por James McAvoy, Vicent Cassel y Rosario
Dawson nos cuenta la historia de Simon un empleado de una casa de subastas que
se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero,
tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco no recuerda dónde ha
escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran
arrancarle ninguna respuesta, el jefe de la banda contrata a una hipnoterapeuta
para que le ayude a recordar.
Bajo esta premisa el nuevo film de Boyle se desarrolla bajo
una apariencia de thriller con toques de cine negro que comienza de forma
endiablada con la ejecución del robo (acompañado de una música apabullante)
para luego relajarse al centrarse en la búsqueda de la obra de arte perdida.
Con altibajos en el ritmo, el director sumerge al espectador
en la confusión y desesperación que vive el protagonista sin saber a ciencia
cierta en qué momento estamos viendo la realidad o nos encontramos dentro de la
mente de Simon llegando a crear momentos de verdadera angustia, influenciado
también por el posible “exceso” del plano aberrante.
Esta sensación de desconcierto se ve apoyada principalmente
en el guion que va desvelando poco a poco el sentido de la trama y las
motivaciones de los personajes para involucrarse en el robo hasta llegar a el
final apoteósico (aunque algo evidente, al menos para un servidor).
El otro acierto del filme es el reparto. James McAvoy solventa su papel muy convincentemente,
tanto en los momentos de amnesia como en la claridad y Vicent Cassel también
cumple con su propósito como el “malo” de la función y fuera de sitio dada la
rareza de la situación. Mención aparte se merece Rosario Dawson, ya que su
papel oscila de la femme fatale a la mujer débil y frágil sin perder la credibilidad
en ningún momento.
Por lo tanto, ‘Trance’ se presenta como una buena película,
la mejor de Danny Boyle en los ultimos años (se me vapuleará por esto), que
atrapará al espectador durante algo más de hora y media gracias al excelente
trabajo del director y los actores. Muy recomendable.
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