Los reyes de dream-pop, el término acuñado para tratar de
definir un subgénero que valdría para infinidad de propuestas musicales (desde
los fundamentales Cocteau Twins a los actuales y
más electrónicos M83), se pasaron por Madrid
para deleitar a todos sus seguidores aférrimos durante una hora y media de
concierto.
Este es ya el tercer concierto de la banda en su gira por
España. Antes pasaron por Barcelona con dos espectáculos en los que colgaron el
cártel de “Todo vendido” en la sala Apolo. En Madrid, ocurrió lo mismo que en
la ciudad condal. Beach House tuvo el aforo completo, aproximadamente unas 2000
personas para un directo en el que el había más gafapastas por metro cuadrado
que en cualquier concentración de hipsters.
La noche comenzó con la
actuación del telonero, Marques Toliver, colaborador de ‘Veckatimest‘de Grizzly Bear y favorito de Adele, un chico de tez oscura y rastas que se
acompañó a su voz un precioso violín. Un show bastante entretenido para empezar
a calentar motores ante lo que íbamos a ver.
A las 21:30 todo quedó en
silencio, las luces y la música se fueron para dar paso al grupo de la noche,
Beach House, el cual aparecieron brillando más que nunca, y es que la vocalista
del grupo Victoria Legrand, eligió para su concierto en Madrid una chaqueta de
lentejuelas plateadas con las que se la podía divisar a lo lejos sin
dificultad.
La cantante encandiló
a todo el mundo con su magnetismo, el que exuda su melena alborotada tras la
que a menudo se refugia, el de sus ceremoniosos gestos, propios de una
coreografía japonesa y, sobre todo, el de su voz, esa singular voz que es puro
aire en movimiento.
Su último disco, "Bloom",
ha sido considerado por la prensa especializada como uno de los discos del 2012.
Este último disco junto con el “Teen Dream” del 2010 fueron los que sonaron en
la Riviera.
Durante el
espectáculo el dúo se mostró tímido al público al que solo le dedicó unas pocas
palabras: "Somos tan afortunados de estar aquí... ¿De dónde venís?
¿Del cielo? Esta es la mejor energía que he visto, gracias por traer esta vida,
¡buen trabajo!".
Su música recuerda
a The xx. Esa noche el público se dejó seducir por una sencilla y nocturna
puesta en escena, así como por su música. "Other people",
"Wild", "Norway", "Troublemaker" y
"Wishes" han hecho las delicias de un público que con
"Irene" y un fondo plagado de estrellas ha puesto rumbo a casa con
motivos, al menos hoy, para volver a soñar.
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