La música y el cine son dos mundos que están estrechamente
relacionados. Evidentemente ya no por el hecho de que son artes, sino porque
uno no podría existir sin el otro. Desde el nacimiento del cine las imágenes se
han visto acompañadas por música ya fuese en directo como en las primeras
proyecciones a incluidos en la propia película con los avances tecnológicos.
Por ello, es normal que el que más y el que menos que se
haya dedicado a uno de estos mundos también haya probado suerte en el otro.
Tenemos claros ejemplos como Juliette Lewis, que dejó su carrera
cinematográfica para centrarse en su grupo ‘Juliette And The Licks, o el
grandioso Woody Allen, con su banda de jazz en la que toca el clarinete y por
la que no acudió a recoger su Oscar.
El ejemplo que vamos a tratar hoy es el de Rob Zombie.
Nuestro querido Rob se hizo famoso gracias al grupo White Zombie y
posteriormente en solitario. Ya desde sus comienzos como solista empezó a
juguetear con las cámaras dirigiendo sus propios videoclips como el de su tema ‘Dragula’ entre
otros, donde ya se podían intuir sus influencias del cine de terror de serie B
(algo evidente también en sus letras).
Ya por fin en 2003 realizó su primera película, ‘La Casa de
los 1000 cadáveres’ a la que seguiría dos años después ‘Los Renegados del
diablo’, película que le dio más reconocimiento a nivel mundial y le lanzó a
dirigir el remake de ‘La noche de Hallowen’ (clasicazo de John Carpenter) y su
secuela.
Cuatro años después de Halloween2, llega a nuestras
pantallas el nuevo trabajo del músico, ‘The Lords Of Salem’. Encargándose de la
dirección y el guion, The Lords Of Salem nos pone en la piel de Heidi, una
presentadora de un popular programa de radio centrado en el rock duro. Un día, recibe
un vinilo promocional de una banda llamada The Lords. La música, extraña y
siniestra, la deja profundamente turbada, provocándole pesadillas y
alucinaciones.
Las películas de Rob Zombie son bastante reconocibles.
Películas de terror (no, no me imagino dirigiendo una comedia con Adam Sandler
en el papel principal), Sheri Moon
Zombie (privilegios de ser la chica del jefe), personajes perturbados,
buenísima banda sonora y una gran puesta en escena y potencia visual. Sin
embargo, en el caso de ‘The Lords Of Salem’ aunque estos elementos están
presentes, la película resulta bastante fallida.
Las película de Rob Zombie han sido siempre polémicas por no
cortarse ni un pelo y mostrar una acción visceral y unos personajes de dudosa
moralidad (se formó gran revuelo con ‘Los renegados del diablo’). En The Lords of Salem no encontramos
nada visceral. Estamos ante una película de brujería que en bastantes momentos
recuerda a ‘La semilla del diablo’ sin tener demasiado que ver con la obra de
Roman Polanski y que, posiblemente debido a sus anteriores trabajos tan crudos,
nos deja algo fríos.
Plagada de flashbacks para explicar mejor la historia (o
para añadir metraje a la película) el film avanza a trompicones nadando entre
los desvarios del director (ay…. ¡Las drogas!) en forma de alucinaciones que sufre
la protagonista.
Por otro lado, no hay una profundización en los personajes,
apenas llegamos a conocerlos salvo pocos detalles de su vida y no se llega a
sentir una gran afinidad por ellos, ayudado por las interpretaciones de los
actores que no pasarán a la historia.
En resumidas cuentas podríamos calificar el nuevo trabajo de
Rob Zombie como decepción. ‘The Lords Of Salem’ no consigue aterrar, inquietar
o entretener al espectador en ningún momento, es más, te da igual como vaya a
acabar la película, solo quieres que acabe de una vez por todas. Es posible que
a los amantes del terror y a los fans acérrimos del músico les pueda llegar a
gustar, pero está bastante lejos de ser una buena película. Al menos es corta.
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