Llevo varias días planteándome cómo enfocar la
crítica del que era, para mí, el estreno más esperado del verano. Vista la
extensión de lo escrito, he decidido dividir este post en dos partes bien
diferenciadas, una haciendo una pequeña reflexión sobre el universo zombie y hablando del libro
Guerra Mundial Z y otra parte dedicada integramente a la crítica de la
película. Si solo te interesa la película, busca las mayúsculas más abajo. Si,
por el contrario, tienes mucho tiempo libre y te gustaría leerte todo el texto,
he de decir que a un servidor le harías muy feliz. Allá vamos:
De los subgéneros de terror, mi favorito es el
protagonizado por los zombies, ya no porque el hecho de que un muerto viviente
represente una amenaza aterradora que te puede engullir sin problema y
convertirte en un despojo insaciable de carne humana, sino porque en las
películas de muertos vivientes (en las buenas películas de zombies) se profundiza más
allá del propio miedo a estos “seres” y se hace patente un peligro aún mayor si
cabe.
En efecto, estamos hablando del propio ser
humano. Nadie sabe a ciencia cierta qué estará dispuesto a hacer en una situación de vida o
muerte hasta que no llega ese momento, y las películas de muertos vivientes
son el escenario perfecto para poner a prueba estos límites y ver hasta qué
punto estamos dispuestos a deshumanizarnos con tal de poder sobrevivir
unos pocos días más.
Se podría decir que en esos momentos al filo
de la navaja, son en los que uno demuestra qué tipo de persona es en el fondo y
lo que está dispuesto a hacer, ya no solo por él mismo sino por los que están a
su alrededor. Esa vuelta a los orígenes de la humanidad, esa crudeza pura es lo
que hace tan especial a las, repito, buenas películas de este maravilloso
subgénero.
Se han hecho grandes filmes de zombies, desde
la que podemos considerar la primera película de este universo, 'La noche de
los muertos vivientes' de George A. Romero, que introdujo la figura del “no
muerto” como la conocemos hoy en día, hasta revisiones del mito como las geniales '28
días después' (es cierto que no son verdaderos “muertos vivientes”, pero el
concepto es el mismo) y 'El Amanecer de los muertos', ésta última remake de
otro clásico del maestro Romero.
En los últimos años hemos vivido un “boom” zombie
y ahora estas horrendas criaturas se han convertido en filón perfecto para que
Hollywood pueda seguir engordando sus arcas repletas de billones de dólares (un ejemplo perfecto es 'Warm Bodies').
Los principales culpables de esta resurrección han sido las dos películas
nombradas anteriormente, la serie de cómics 'The Walking Dead' (que cuenta con
una serie de televisión un tanto irregular) y el libro 'Guerra Mundial Z', que
es la razón por la que estoy escribiendo estas líneas hoy.
La novela de 'Guerra Mundial Z' narra, a
través de entrevistas a los supervivientes de la catástrofe, cómo la humanidad
consigue hacer frente a los zombis durante los 12 años de duración del
conflicto. La peculiaridad
del libro de Max Brooks (hijo del maestro de la comedia Mel Brooks) es su
acercamiento hiperrealista al suceso, diseccionando la forma de actuar de los diferentes gobiernos y países a lo largo del mundo, dependiendo de la sociedad y la cultura de cada lugar.
En las historias de zombis, se nos suele
mostrar a un pequeño grupo de supervivientes luchando contra situaciones de
vida o muerte. Sin embargo, en la novela de Brooks el enfoque es totalmente
distinto, globalizando la infección y tomándose a los zombis como una amenaza que
hay que erradicar. Se forma una guerra contra un enemigo inusual, que va
creciendo de manera exponencial y al que no se sabe cómo combatir.
Sin embargo, el autor no se olvida de el factor de supervivencia pura de este tipo de historias y a medida
que va explicando cómo se afronta la infección a lo largo del mundo, incluye
relatos escalofriantes de gente normal que afronta la pandemia y
sobrevive como buenamente puede, dejando presente esa característica tan
importante.
Así pues, el libro ‘Guerra Mundial Z’ consigue
transmitir ese instinto de supervivencia latente en el hombre, como en toda
buena historia de zombies, pero además consigue añadir unos nuevos matices a un
subgénero que parecía abocado a repetir sus mismos esquemas. Globaliza la
amenaza y la vuelve “real”, dotando al relato de una crudeza aún mayor.
Después de esta observación, no es difícil
apreciar que resulta casi imposible adaptar fielmente esta obra a la gran
pantalla, ya que no hay un único personaje protagonista, sino muchas historias
y muchos aspectos que contar. La mejor forma de haber adaptado está gran
historia hubiese sido una serie, pero aquí estamos hablando de cine.
CRÍTICA GUERRA MUNDIAL Z
Hace ya unos años, nos enterábamos de que la
productora de Brad Pitt (Plan B) adquiría los derechos de esta novela para
adaptarla al cine. Después de muchos problemas con el guion y el rodaje, por fin
llegaba a nuestras pantallas este esperado blockbuster. La sombra de las trabas
en la producción de la película pronosticaban un fracaso total, tanto artística
como económicamente. Sin embargo, la película ha recaudado a día de hoy más de
490 millones de euros a lo largo del mundo, convirtiéndose en la película más
taquillera del estadounidense.
‘Guerra Mundial Z’ nos pone en la piel de
Gerry Lane, un ex investigador de la ONU que será el encargado de evitar lo que
podría ser el fin de la civilización cuando el mundo comienza a ser invadido
por una pandemia de muertos vivientes. Con el tiempo en su contra, Gerry tendrá
que recorrer medio mundo para encontrar una solución que acabe con la
horrible epidemia que está azotando al mundo.
Con poco que ver con el libro, 'Guerra Mundial Z'
se cimienta en un solo personaje, haciendo evidente la máxima del cine de que la
trama tiene que estar al servicio del personaje, en este caso, el interpretado
por Brad Pitt. La infección zombie se queda en un segundo plano para el total
lucimiento del actor, llegando a veces a olvidar contra qué está luchando en
realidad nuestro héroe.
En un afán por hacer honor al nombre del filme, los guionistas (nada más y nada menos que cinco personas metieron
mano al libreto) llevan a Gerry de un lado a otro del planeta, haciéndole
recorrer medio mundo. El resultado final de esta “ingeniosa” estrategia es
irregular ya que termina por desfragmentar y entorpecer la continuidad del relato.
Por otro lado, la labor del director, Marc
Forster, responsables de películas tan dispares como ‘Quantum of Solace’ o
‘Descubriendo Nunca Jamás’ nos deja secuencias bastante impactantes como el
viaje en avión o la escapada de la base de Corea, que añaden un buen ritmo a la película, pero no consigue
dotar de una potencia general a todo el conjunto, haciendo que un servidor se
aburriese un poco. Aunque como ya hemos dicho anteriormente, no es suya toda la
culpa.
En cuanto a los actores, el que sobresale por
encima todos es el interpretado por Brad Pitt, ya que como hemos dicho
anteriormente, sobre él pesa toda la potencia de la historia. Los demás interpretes
quedan relegados a segundos papeles planos que no dan profundidad a la
historia. En ningún momento llegas a sentir nada de empatía por los personajes
que aparecen en la pantalla y es posible que si mueren o no llegue a darte
igual.
Pero entonces, ¿Estamos ante una buena
película? Es una pregunta a priori fácil, pero el caso es que ‘Guerra Mundial
Z’ es una de esas excepciones que se salen de la regla. Y es que aunque los antagonistas de la historia son zombie, no estamos ante una cinta de este subgénero,
sino ante un thirller de acción en el que no veremos que se vierta ni una sola
gota de sangre. Es decir, estamos ante la primera película de muertos vivientes
para todos los públicos.
Este tipo de película se podría haber hecho
perfectamente cambiando los zombies por otra amenaza, como unos alienígenas o
unos robots rebelados contra la humanidad, y podría haber estado dirigida por
directores de la talla de Michael Bay o Roland Emmerich y ni nos habríamos dado cuenta. Su función no va más
allá de entretener al espectador y hacerle pasar unas dos horas distraído,
pero sin más.
Ahora, a cada uno le toca elegir si este es
el tipo de cine que va buscando o por el contrario no le interesa para nada. En
mi caso, no puedo ser más subjetivo, ya que al haberme leído el libro y ser
firme seguidor del subgénero de zombis, la película no me gustó. Films
como estos los vemos a diario. Es cierto que amplían un poco más el ámbito de
temas a utilizar en una película de acción, pero a costa de desvirtuar el
sentido real de las películas de zombies.
Sin embargo, la película
cumple su cometido, ya que entretiene, tiene una dirección solvente y un
actor con mucho tirón (merecidamente). Es una película efectiva, trepidante y repleta de acción, así que no se puede decir que sea una mala película. Pero tampoco se puede decir que sea buena, simplemente aceptable.
El final abierto y la recaudación en
taquilla nos pone en la pista de que no va a ser el único episodio Z que vamos
a poder ver. Me gustaría pensar que en la siguientes partes se optaría con esas
concepción original del cine de muertos vivientes, pero mucho me temo que no va a ser así.
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