En 2008 Marvel empezaba su aventura en el mundo del cine
como estudio , ya no vendiendo derechos como antaño. Así comenzaba con la
primera entrega de ‘Iron Man’ lo que más tarde sería (y posiblemente nadie se
esperaba) un fenómeno de masas que ha encumbrado a los superhéroes de Marvel a
lo más alto de Hollywood.
Antes se habían hecho películas de otros personajes Marvel
como las trilogías de Spiderman y X-men pero, aunque con cierto éxito, no
habían llegado a calar en público general, aun estado dirigidas por grandes y
reconocidos realizadores como Sam Raimi y Bryan Singer respectivamente.
Sin embargo, ‘Iron Man’ de Jon Favreu dio con la clave del
éxito. Frescura, diversión, humor y por encima de todo un personaje tan
carismático como Tony Stark, encarnado a la perfección por Robert Downey Jr.,
que gracias a este papel volvió a la primera línea de fuego hollywoodiense.
Pero desde el estreno de ‘Iron Man’ en 2008 han pasado ya 5
años, y hemos visto desfilar delante de nuestras pantallas a un dios del trueno
(Thor), a un antiguo superhéroe de guerra renacido (El Capitán América), y los
hemos visto luchar juntos para salvar la Tierra por primera vez. Pero… ¿Ahora
qué?
Y después de todas estas increíbles historias, empezamos lo
que ha sido llamado por todo el mundo una “Fase 2” que ,como no, debía comenzar
con el responsable de todo esto. ‘Iron Man 3’ transcurre poco después de los
incidentes de Nueva York (Los Vengadores) cuando, de repente, una nueva amenaza
se cierne sobre los Estados Unidos. Un líder terrorista llamado “El Mandarín”
es la nueva amenaza a la que se tendrá que enfrentar el vengador de hierro.
Bajo esta premisa inicial se desarrolla la que posiblemente
es la mejor película de la trilogía protagonizada por Tony Stark. Tras las dos
primeras entregas dirigidas por Jon Favreu (la segunda película fue un bajón en
lo que se refiere a calidad), en esta entrega el encargado tras las cámaras es
el casi desconocido Shane Black, con solo otro trabajo bajo el brazo, ‘Kiss
Kiss Bang Bang’, en el que también colaboró con Robert Downey Jr.
Encargado también del guion junto a Drew Pearce, Black sabe
dotar de potencia a la película en los momentos adecuados, pero el principal
acierto de la película es la humanización de hombre del hierro, dejando más de
lado al héroe embutido en una lata y dándole prioridad a las inseguridades,
sentimientos y vulnerabilidad de Tony Stark.
En esta película se deja más de lado la acción desenfrenada
para centrarse más en el personaje principal, mostrándonoslo como un ser humano
“normal y corriente”. Eso si, no os preocupéis, Tony Stark no va a dejar ese
socarrón egocéntrico en ningún momento y si sois de esos que vais al cine por
las raciones de explosiones y tollinas, también quedaréis satisfechos.
La principal baza para que triunfase esta saga ha sido
siempre una, Robert Downey Jr., y como en las demás entregas, cuando el está en
pantalla se come a todo lo que está a su alrededor. Aun así, hay que destacar
la solvencia de Gwyneth Paltrow y Guy Pearce y destacar sobre todo la labor del
gran Ben Kingsley.
Volviendo a la labor del director, Black sabe llevar bien el
ritmo de la película, con sus más y sus menos potenciando las partes
“dramáticas” de la película (entre comillas porque no estamos ante un dramón de
libro). Sin embargo, el principal problema de la película son las escenas de
acción. En esos momentos es cuando comprobamos que el director está un poco
“pez” en este sentido, ya que pueden ser algo confusas y llegar incluso a
aburrir, en el peor de los casos.
En resumidas cuentas, ‘Iron Man 3’ cuenta con todos los
ingredientes de las pasadas películas, potenciando además la faceta humana del
personaje principal, haciendo que la película gane enteros por encima de las
demás. Es posible que sea el film con menos acción de la saga, pero gracias a
la solvente dirección, el giro de guion y la labor de los actores, hace que
‘Iron Man 3’ sea mi película favorita de la saga. Ahora solo queda esperar a la
llegada de ‘Thor 2’ .
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