El nuevo trabajo del aclamado director Nicolas Winding Refn ha llegado a los cines de nuestro país con ganas de ver con qué nos sorprende esta vez el director de la grandiosa "Drive". La película, en un principio, promete por su logrado reparto en el que vuelve a aparecer como cabeza de cartel su hijo predilecto Ryan Gosling junto a otros actores como Kristin Scott Thomas y Vithaya Pansringarm, entre otros.
Dije que solo en un principio prometía y es que el intento del director por convertirse en el nuevo director del cine sangriento, desagradable y de lucha y destronar al indestructible Quentin Tarantino. No te equivoques Winding, a Quentin no le llegas ni a la altura de los zapatos y por muchas películas buenas que hagas va a servir de poco o nada. Sin embargo, no hay que desprestigiar el trabajo del director porque durante los últimos minutos mejora la película a unos niveles del tamaño de "Drive".
El actor Ryan Gosling interpreta el papel del solitario y poco hablador Julian, un mafioso británico que vive exiliado en Tailandia tras cometer un asesinato años atrás. Él regenta un club de muay-thai que en realidad es la tapadera de una red de contrabando de drogas.
La aparición de la madre en la película también es clave, la actriz Kristin Scott Thomas clama venganza por la muerte de su hijo presionando a Julian para que cumpla su venganza cobrándose la vida del policía justiciero.
A pesar de lo interesante que pueda parecer todo este planteamiento, lo cierto es que "Solo dios perdona" no consigue atrapar la atención del espectador ni que éste empatice con su protagonista por el estatismo absoluto en el que se encuentra encasillado.
Nota: 5/10
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