jueves, 29 de agosto de 2013

Muertos vivientes: crítica de "In The Flesh" y "Les Revenants".


No seré yo quien repita aquello de “parece que los zombies están de moda”. Ya queda patente con la pendiente por estrenar cuarta temporada de The Walking Dead o con el millonario estreno Guerra Mundial Z. Sí me gustaría recalcar la parece que reciente tendencia u obsesión por el apocalipsis y el fin del mundo tal y como lo conocemos, como si se tratara del reflejo de un deseo generalizado a que el actual mundo, el actual modelo socioeconómico, considerado desgastado, llegue a su fin. Se me entienda: no digo que todo esto de reflejar una suerte de apocalipsis o de lo que podría ser el fin del mundo según X director sea algo nuevo, pero sí parece algo demasiado recurrente de un tiempo corto a esta parte. Repetitivo, diría.

Y todo esto viene a que hoy presento dos series estrenadas esta temporada con la temática living dead como centro de algo más. Ninguna de las dos es una producción zombie habitual, en la que se presentan a los muertos vivientes como un pretexto para repasar lo horribles que somos los humanos y todos los errores que hemos cometido, para hacer una purga de nuestros pecados como si de un pasaje de la Biblia se tratara, que es como venía representándose el género en producciones como la saga 28 Días/Semanas Después, El Amanecer de los Muertos Vivientes o la propia The Walking Dead (por hacer un repaso de lo más reciente).

Les Revenants e In The Flesh tratan de una manera se entiende que emocionalmente realista (o que al menos eso intenta), ese eterno anhelo humano que es la vuelta de los muertos a la vida. Y con todo ello arrastran una serie de dramas y tragedias.

Les Renevants.


Es una producción de Canal Plus Francia estrenada el pasado Noviembre. La serie se centra en un pequeño pueblo francés en las montañas en el que, de repente, un día cualquiera, gente de diferentes edades aparecen, desorientados, intentando volver a las que recuerdan como sus casas (sin saber que podrían ser perfectamente los protagonistas de Los Otros).

Sí, la premisa no es otra que un pueblo en el que, de un día a otro, todos sus muertos vuelven a la vida e intentan retomar sus vidas donde las dejaron, sin ser conscientes de todo lo que su muerte supuso y todo lo que cambió después. Y ése es el núcleo central de la serie. Todo lo que cambia una vida cuando alguien "se va".


Lo mejor que tiene Les Revenants, su principal activo, es su casi poético comienzo. Un primer episodio realmente majestuoso, en el que consigue, por momentos, transmitir cómo sería recuperar a alguien de donde nunca nadie se ha recuperado (o cómo alcanza la mente a imaginar). Diría que es hasta bello. Muy bien narrado, preparado y ejecutado.

La serie, además, se sostiene sobre un protagonismo compartido por varios de los personajes y familias del pueblo. Cada capítulo lleva el nombre de uno de ellos e intenta explicar su historia antes de morir, y la historia de todos los que le rodean después de haber muerto.

Como serie, Les Revenants introduce una historia medianamente innovadora dentro de la ficción y del mundo de los no-muertos de una manera pausada, contenida y elegante. A todo lo envuelve una atmósfera gris, y verde, acompañada de pasajes sonoros interpretados magistralmente por los escoceses Mogwai, una de las referencias más importantes en el post-rock. Mientras, la acción transcurre lenta, aunque en ningún momento dejan de pasar cosas. Por momentos, ese gris hace recordar a otras series como The Killing.


Vale, sí, la evolución de la serie, a medida que los episodios avanzan, deja bastante que desear en cuanto a que da peso a algunos personajes que no resultan nada atractivos y se lo quita a otros que podrían dar mucho más juego. Y vale, sí, el final también está cogido por pinzas. Por muchas pinzas. Aunque lo cierto es que queda todo tan abierto que, a día de hoy, no es fácil imaginar por qué camino optarán para resolver las muchas interrogantes que la serie deja en el octavo capítulo. Pero todo lo demás hace de esta serie un plato apetecible, sobre todo para morros finos.

 

En definitiva, nos encontramos ante un comienzo impresionante que termina convirtiéndose en un “lo que pudo ser y no fue”. No obstante, tiene la suficiente trama y atmósfera atrayente para enganchar durante los 8 episodios que dura su primera temporada.

In The Flesh.


Producción de BBC Three, cadena inglesa de la BBC, que se estrenó en Marzo de este año. Enfoca un post-apocalipsis zombie desde otro prisma. La "población viva" consigue sobrevivir y, se entiende que tiempo después, se intenta reinsertar a los zombies con el resto de la sociedad, gracias a una especie de tratamiento antídoto. El protagonista, Kieren Walker (Luke Newberry), sin embargo, tiene la mala suerte de que, el que fue su pueblo, Roarton, durante la "guerra zombie", fue muy castigado, y tuvieron que ser los propios vecinos los que se vieron obligados a luchar contra los "Parcialmente Muertos". Como consecuencia de ello, el pueblo se ha convertido en un montón de gente muy intolerante con esa nueva idea de reinserción.


In the Flesh es un dramón en toda regla. Coquetea con varios elementos clásicos del drama como las mentes autodestructivas, el suicidio o la marginación. A parte, deja un importante poso de pseudo-racismo, religión e intolerancia, en forma de crítica. El pueblo de Roarton se niega a dar cobijo de nuevo a esa gente que antes intentaba devorar su cerebro. Se cierran en torno a esa idea y se cobijan en tradiciones como la propia iglesia para legitimarse entre ellos. Hay, incluso, coqueteos con las drogas por parte de los "enfermos del Síndrome del Parcialmente Muerto", por miedo al rechazo. Se crea todo un pequeño universo paralelo en torno al "¿y si...?".

¿Y si de verdad un día los muertos renacen, sin ser ellos mismos? ¿Y si ganamos al apocalipsis? ¿Y si, además, recuperamos a la gente de la tumba?

¿Pegas? La principal, la duración. Con tan solo tres episodios, la serie se antoja corta y, cuando alcanza las cotas de drama más emocionantes, llega a un final algo (bastante) precipitado. Habrá segunda temporada y no es de extrañar. La trama se hubiera podido resolver en un sola temporada de 6-8 capítulios. No obstante, hay una buena fotografía, ambientación y guión, a la altura de toda esa brillantez a la que los ingleses nos tienen acostumbrados.


La historia es densa y la ambientación también la acompaña. Es lenta, pero no hay un gris predominante, en contraposición a Les Revenants. In the flesh tiene más color y un guión puede que algo más brillante. La producción francesa, sin embargo, tiene atmósfera y todo mejor calculado. Digamos que lo que le puede faltar a una, le sobra a la otra.

Críticas Cruzadas: 'Elysium' - El Bluf del verano




Unos pocos días atrás estaba yo hablando con mi amigo y compañero, Mr de Jarl sobre la diversidad de opiniones. Llegamos a la conclusión de que debíamos hacer una “sección” en la que cada uno viese o escuchase una película o disco y escribiese una crítica con su opinión sobre ello, con el fin de intentar abarcar la mayor cantidad de matices posibles y reafirmar el hecho de nadie piensa igual.

Con ese fin nace lo que pasaremos a llamar “Críticas Cruzadas”. Como ha quedado patente en el párrafo anterior, los post que empiecen con esas palabras consistirán en una crítica que posteriormente será complementada con otro texto subjetivo de otro de los redactores de este bonito blog que llevamos con tanta ilusión. Ahí es donde te toca decidir a ti si quieres ver otro punto de vista o quedarte con lo que lees. En cualquier caso, entremos en el meollo de la cuestión y empecemos a hablar de ‘Elysium’.

Hace cuatro años una película golpeaba al mundo. ‘Distrito 9’ sorprendía a diestro y siniestro con un acercamiento y crítica brutal al Apartheid a través de una historia de ciencia ficción y cambiando a los afectados de este horrible caso de segregación racial por alienígenas. Por supuesto, esto ya era un gran punto de partida para que la película triunfase, pero el empujón final se lo dio una dirección casi perfecta (la perfección no existe, amigos).

El resultado fue, además de una expansión inmediata de popularidad, cuatro nominaciones a los premios Oscar a las categorías de Mejor película, guión adaptado, montaje, efectos visuales. Aunque la película se fue de vacío de la ceremonia de Los Angeles, ‘Distrito 9’ sirvió de escaparate para un cineastas que resultaba realmente prometedor. El director y guionista Neil Blomkamp.

Ahora, cuatro años después, gracias a la popularidad de su primera película, este joven sudafricano nos presentaba hace unas semanas ‘Elysium’. Con mucho más presupuesto y un elenco de actores comandado por Matt Damon y Jodie Foster, la película nos cuenta cómo los seres humanos se dividen en dos grupos: los ricos, que viven en la estación espacial Elysium, y todos los demás, que sobreviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. La ministra Rhodes (Jodie Foster) promueve una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial. A pesar de ello, los habitantes de la Tierra harán todo lo posible por emigrar a Elysium.

Con el buen recuerdo de ‘Distrito 9’ y un argumento que, a priori, podría resultar llamativo e incendiario las expectativas estaban por las nubes. Desgraciadamente esto ha sido para mal ya que ‘Elysium’ resulta ser un entretenimiento de tarde aburrida que no ofrece más que dos horas de acción algo irregulares y que, al menos a un servidor, le ha dejado un amargo sabor de boca.

El primer problema que nos encontramos es el guion. Mientras que en la ópera prima del realizador la trama era el escenario ideal para hacer una dura crítica social a un sistema que había vulnerado los derechos humanos de las razas en Sudáfrica, en ‘Elysium’ la historia es solo el vehículo para que veamos explosiones y tiroteos a cámara lenta, desaprovechando una idea que podría haber resultado muy jugosa.

Nunca llegaremos a saber si esta decisión ha sido tomada por el propio Neil Blomkamp, o se ha visto influenciado por los productores de Hollywood. Lo que sí podemos decir sin miedo a equivocarnos es que con esa ideal inicial se podía haber creado una película mucho más dura, que reflejase esa brecha de desigualdad que vivimos actualmente, consecuencia de la crisis de 2008. Pero vamos a dejar de filosofar, porque aquí hemos venido a hablar de cine.

Como íbamos diciendo, además de no aprovechar esa premisa tan jugosa, el director decide crear una historia rutinaria vista miles de veces en la que un héroe improvisado es el único que puede salvar la humanidad, en este caso interpretado por Matt Damon, que aunque tiene tablas en el género de acción (no olvidemos que es el protagonista de la trilogía ‘Bourne’) parece haber puesto el piloto automático y no aporta nada al personaje.
Por otro lado, y ya que hemos empezado a hablar de los actores, el que destaca sobre todos en la función es el personaje interpretado por Sharlto Cooper (el protagonista de ‘Distrito 9’), hace de un mercenario despiadado bajo las órdenes de una solvente Jodie Foster. En los momentos en los que el agente Kruger aparece en la pantalla es cuando la película gana enteros y mejora.

Pero lo que termina resultando más decepcionante de la película es la dirección de Neil Blomkamp. En esta nueva película a pesar de haber contado con muchos más recursos parece que el realizador sudafricano no ha puesto demasiado interés a la película dejando un ritmo bastante trastabillado, entre otras cosas por el exceso del uso de la cámara lenta, constante durante todo el metraje lo que tiene como resultado que pierda todo el efecto de este recurso popularizado por el gran Sam Peckinpah.

En resumidas cuentas, estamos ante la decepción del verano. Es posible que ‘Elysium’ no resulte tan mala como a priori puede parecer tras leer la crítica, pero esto es resultado de tener unas expectativas tan altas ante una película. El mundo saturado de información en el que vivimos lo ha hecho así. Puede que ‘Elisyum’ te entretenga en sus dos horas de duración, pero el resultado final es mucho peor de lo que podía haber sido. Se podría resumir en una palabra: ¡BLUF!



Ahora solo os toca esperar a que mi compañero Iván os dé su opinión sobre 'Elysium'.

martes, 27 de agosto de 2013

Behind the Candelabra, la vuelta de Michael Douglas



Tras varios meses de lucha contra el cancer de garganta que le tuvo apartado de la gran pantalla, el actor Michael Douglas vuelve, pero a la pequeña pantalla, para protagonizar la que probablemente sea la película en la que más disfrazado se ha puesto para dar vida al reconocido pianista Liberace.

La película no cuenta la vida del americano, se centra en la historia oculta de amor que vivió con Scott Thorson, interpretado por el normalmente criticado Matt Damon. Liberace intenta tapar una homosexualidad bastante visible pero que por su profesión como artista oculta para no decepcionar a sus fans femeninas y con ello perder el gran prestigio que había cosechado.


Mis primeras impresiones al oir sobre la película fueron, ante todo, de asombro por el papel que le había tocado torear a Douglas. Poco a poco las ganas por ver esta película aumentaron en el momento que vi juntas las palabras "Steven Soderbergh" y "HBO" reina de las series de calidad por excelencia con producciones como "Juego de tronos", "Los soprano" o la actual "Girls"

Antes de ver la película investigué un poco sobre ella, fue presentada en el festival de Cannes de este año del que ha obtenido muy buenas críticas, pero, lo sorprendente es que este proyecto ya se presentó hace un tiempo y los entendidos del cine la rechazaron por completo. ¿Por qué ahora si y antes no? ¿El tirón de la recuperación de Michael Douglas puede ser el causante del éxito?

Destaco la actuación de Michael Dogulas por ofrecernos un personaje totalmente distinto a como es Michael en la realidad por su estilo ligeramente afeminado. Gracias a él, podemos hacernos una idea de la verdadera vida que llevaba el pianista, de su pasión por los jóvenes fornidos y su odio hacia las famosas mujeres de las que decía a sus fans que estaba enamorado.


Liberance, a pesar de los años, tenía una fuerte vitalidad que le hacía tener más relaciones sexuales que muchos de los que nos encontramos leyendo o haciendo esta crítica, no había día que no apareciera con un joven nuevo pero la relación que mantenía con Scott era más fuerte que cualquier otra, a pesar de que finalmente acabaran por finalizar su relación de malas maneras. 

Y es que, Liberace buscaba la perfección, él mismo se consideraba perfecto y, por ello, quería que sus parejas fueran a imagen y semejanza de él. Un sinfín de operaciones fueron las Liberance pagó a Scott para que fueran "como hermanos con derecho a roce".

Desde mi humilde opinión y en contra de la de muchos, soy una fanática del cine de Matt Damon, a pesar de lo mal actor que suelen decir que es, pero, leyendo varias criticas he descubierto que esta vez hemos llegado a la conclusión de que Matt Damon brilla con su papel como homosexual por tener una evolución notable durante toda la película. 

En conclusión, la combinación Soderberg, Douglas, Damon y "HBO" ha encajado a la perfección haciendo de ella una película para televisión de las que merece la pena ver. Gracias a ella, he conseguido descubrir quien era Liberace y vivir como si estuviera en la misma habitación que ellos sin necesidad de trasladarme en el tiempo ni un buen 3D.

viernes, 23 de agosto de 2013

¡BEN AFFLECK SERÁ EL NUEVO BATMAN!



¿De verdad queréis que este tío sea el nuevo Bruce Wayne?

Dejando a un lado el rollo de hacer críticas sobre películas y todas esas cosas, y siguiendo el ejemplo de mi compañera Helen creo que voy a hacer un escueto comentario sobre la que se postula como la noticia cinematográfica del fin de semana. Qué digo del fin de semana, ¡la noticia del mes! Qué digo la noticia del mes, ¡LA NOTICIA DEL AÑO!

Perdón, ha sido un momento de exaltación.

Como iba diciendo, estamos ante la noticia del verano. Si ya todos nos quedábamos sorprendidos tras el anuncio en la Comic-Con de un crossover entre Superman y Batman en la secuela de ‘El Hombre de Acero’, la duda ensombrecía el anuncio debido a que Christian Bale ya dijo que no volvería a meterse en las mallas del Caballero Oscuro.

Gotham se había quedado sin su justiciero y alguien tenía que remplazarlo. Tras semanas y semanas de rumores a cada cual más disparatado (se llegó a decir que podría llegar a interpretarlo Orlando Bloom, lo que hubiese sido una decepción increíble) por fin descubrimos quién va a ser el nuevo Bruce Wayne.  El encargado es nada más y nada menos que el reputado director y no tan agraciado actor Ben Affleck.

Todos conocemos al señor Affleck por haber sido el último ganador de un Oscar a la mejor película gracias a la estimable ‘Argo’ y por su dilatada carrera como actor  en la que destacan sus primeras películas y colaboraciones con directores de la talla de Kevin Smith o Gus Van Sant.

La elección de Warner para encarnar a Bruce Wayne/Batman es, cuanto menos, arriesgada. Los precedentes no son buenos, ya que ‘Daredevil’ fue un fracaso estrepitoso  y las capacidades interpretativas del actor son bastante limitadas. Sin embargo, y viendo todos los actores que se nombraron para encarnar al caballero oscuro, creo que podemos estar ante una carta ganadora.

No olvidemos que Affleck tiene porte, da el pego con el esmoquin y con la máscara puesta veremos poco más que su boca. Por otro lado, el cine de acción/superhéroes no suele destacar por tener unas grandes actuaciones de su reparto ya que, sinceramente, eso no es lo importante en la mayoría de los casos.

Solo queda por ver cómo es la simbiosis del actor con los personajes que interpretará. Además, no olvidemos que estamos hablando de una película en la que el protagonista será Superman, así que si la cosa con Ben no funciona, para futuras películas de Batman cambiarán de actor sin problema, y su actuación quedará relegada al olvido como ya lo fueron las encarnaciones de Val Kilmer o George Clooney.

Ahora solo nos queda esperar hasta 2015 para ver el resultado. Y como bien me dijo alguien en su día: “Si piensas que algo es malo, recuerda que no puede ser peor que ‘Batman Y Robin”.

PD: Un día de estos haré una revisión de ‘Batman Y Robin’ y escribiré algo por aquí, aunque sea para echarnos unas risas.


martes, 20 de agosto de 2013

Two Door Cinema Club: dosis de autoestima para su próximo LP



El grupo "Two Door Cinema Club" vuelve como hace cada año para deleitarnos con una de sus pastillitas de la alegría. Acaban de publicar una nueva canción. A modo de aviso, si lo que buscas es una crítica negativa hacia el grupo, lo siento, me gustan demasiado para desprestigiar tanta belleza musical. 

Los irlandeses presentaron hace unos días el primer LP de su próximo disco que saldrá el próximo 30 de septiembre. La canción, cuyo nombre es "Changing of the seasons", hace que tengamos una idea de lo que será el próximo trabajo de la banda. El título del nuevo LP es aún una incógnita

En este caso solo serán 4 canciones nuevas las que publicará el grupo. Los fans de la banda  tras su último albúm "Beacon" esperamos su regreso ansiosamente. 

Su nueva canción es de corte divertido y bailablemuy en la línea de la banda, y que muchos pueden considerar hasta repetitivo pero la calidad demostrada por el grupo en cada albúm hace difícil el encontrar pegas a sus canciones.

El grupo ya va por su tercer disco tras sus dos éxitos Tourist History y Beacon con temas tan bailables como "Do you want it all?", "Handshake" o "Next Year"


Alex Trimble y los suyos ya han pasado más de una vez por nuestro país en este año pero se resisten a hacer un concierto en solitario siendo solo vistos por aquellos afortunados que acuden a los festivales de verano como el "Low Cost" o "Sonar", los desafortunados que seguimos trabajando hasta en las horas más calurosas de este odioso verano nos conformaremos con este aperitivo de nuevo disco y todas sus anteriores canciones. 




martes, 13 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z - Zombies para todos



Llevo varias días planteándome cómo enfocar la crítica del que era, para mí, el estreno más esperado del verano. Vista la extensión de lo escrito, he decidido dividir este post en dos partes bien diferenciadas, una haciendo una pequeña reflexión sobre el universo zombie y hablando del libro  Guerra Mundial Z y otra parte dedicada integramente a la crítica de la película. Si solo te interesa la película, busca las mayúsculas más abajo. Si, por el contrario, tienes mucho tiempo libre y te gustaría leerte todo el texto, he de decir que a un servidor le harías muy feliz. Allá vamos:

De los subgéneros de terror, mi favorito es el protagonizado por los zombies, ya no porque el hecho de que un muerto viviente represente una amenaza aterradora que te puede engullir sin problema y convertirte en un despojo insaciable de carne humana, sino porque en las películas de muertos vivientes (en las buenas películas de zombies) se profundiza más allá del propio miedo a estos “seres” y se hace patente un peligro aún mayor si cabe.

En efecto, estamos hablando del propio ser humano. Nadie sabe a ciencia cierta qué estará dispuesto a hacer en una situación de vida o muerte hasta que no llega ese momento, y las películas de muertos vivientes son el escenario perfecto para poner a prueba estos límites y ver hasta qué punto estamos dispuestos a deshumanizarnos con tal de poder sobrevivir unos pocos días más.

Se podría decir que en esos momentos al filo de la navaja, son en los que uno demuestra qué tipo de persona es en el fondo y lo que está dispuesto a hacer, ya no solo por él mismo sino por los que están a su alrededor. Esa vuelta a los orígenes de la humanidad, esa crudeza pura es lo que hace tan especial a las, repito, buenas películas de este maravilloso subgénero.

Se han hecho grandes filmes de zombies, desde la que podemos considerar la primera película de este universo, 'La noche de los muertos vivientes' de George A. Romero, que introdujo la figura del “no muerto” como la conocemos hoy en día,  hasta revisiones del mito como las geniales '28 días después' (es cierto que no son verdaderos “muertos vivientes”, pero el concepto es el mismo) y 'El Amanecer de los muertos', ésta última remake de otro clásico del maestro Romero.

En los últimos años hemos vivido un “boom” zombie y ahora estas horrendas criaturas se han convertido en filón perfecto para que Hollywood pueda seguir engordando sus arcas repletas de billones de dólares (un ejemplo perfecto es 'Warm Bodies'). Los principales culpables de esta resurrección han sido las dos películas nombradas anteriormente, la serie de cómics 'The Walking Dead' (que cuenta con una serie de televisión un tanto irregular) y el libro 'Guerra Mundial Z', que es la razón por la que estoy escribiendo estas líneas hoy.

La novela de 'Guerra Mundial Z' narra, a través de entrevistas a los supervivientes de la catástrofe, cómo la humanidad consigue hacer frente a los zombis durante los 12 años de duración del conflicto. La peculiaridad del libro de Max Brooks (hijo del maestro de la comedia Mel Brooks) es su acercamiento hiperrealista al suceso, diseccionando la forma de actuar de los diferentes gobiernos y países a lo largo del mundo, dependiendo de la sociedad y la cultura de cada lugar.

En las historias de zombis, se nos suele mostrar a un pequeño grupo de supervivientes luchando contra situaciones de vida o muerte. Sin embargo, en la novela de Brooks el enfoque es totalmente distinto, globalizando la infección y tomándose a los zombis como una amenaza que hay que erradicar. Se forma una guerra contra un enemigo inusual, que va creciendo de manera exponencial y al que no se sabe cómo combatir.

Sin embargo, el autor no se olvida de el factor de supervivencia pura de este tipo de historias y a medida que va explicando cómo se afronta la infección a lo largo del mundo, incluye relatos escalofriantes de gente normal que afronta la pandemia y sobrevive como buenamente puede, dejando presente esa característica tan importante.

Así pues, el libro ‘Guerra Mundial Z’ consigue transmitir ese instinto de supervivencia latente en el hombre, como en toda buena historia de zombies, pero además consigue añadir unos nuevos matices a un subgénero que parecía abocado a repetir sus mismos esquemas. Globaliza la amenaza y la vuelve “real”, dotando al relato de una crudeza aún mayor.

Después de esta observación, no es difícil apreciar que resulta casi imposible adaptar fielmente esta obra a la gran pantalla, ya que no hay un único personaje protagonista, sino muchas historias y muchos aspectos que contar. La mejor forma de haber adaptado está gran historia hubiese sido una serie, pero aquí estamos hablando de cine.

CRÍTICA GUERRA MUNDIAL Z

Hace ya unos años, nos enterábamos de que la productora de Brad Pitt (Plan B) adquiría los derechos de esta novela para adaptarla al cine. Después de muchos problemas con el guion y el rodaje, por fin llegaba a nuestras pantallas este esperado blockbuster. La sombra de las trabas en la producción de la película pronosticaban un fracaso total, tanto artística como económicamente. Sin embargo, la película ha recaudado a día de hoy más de 490 millones de euros a lo largo del mundo, convirtiéndose en la película más taquillera del estadounidense.

‘Guerra Mundial Z’ nos pone en la piel de Gerry Lane, un ex investigador de la ONU que será el encargado de evitar lo que podría ser el fin de la civilización cuando el mundo comienza a ser invadido por una pandemia de muertos vivientes. Con el tiempo en su contra, Gerry tendrá que recorrer medio mundo para encontrar una solución que acabe con la horrible epidemia que está azotando al mundo.

Con poco que ver con el libro, 'Guerra Mundial Z' se cimienta en un solo personaje, haciendo evidente la máxima del cine de que la trama tiene que estar al servicio del personaje, en este caso, el interpretado por Brad Pitt. La infección zombie se queda en un segundo plano para el total lucimiento del actor, llegando a veces a olvidar contra qué está luchando en realidad nuestro héroe.

En un afán por hacer honor al nombre del filme, los guionistas (nada más y nada menos que cinco personas metieron mano al libreto) llevan a Gerry de un lado a otro del planeta, haciéndole recorrer medio mundo. El resultado final de esta “ingeniosa” estrategia es irregular ya que termina por desfragmentar y entorpecer la continuidad del relato.

Por otro lado, la labor del director, Marc Forster, responsables de películas tan dispares como ‘Quantum of Solace’ o ‘Descubriendo Nunca Jamás’ nos deja secuencias bastante impactantes como el viaje en avión o la escapada de la base de Corea,  que añaden un buen ritmo a la película, pero no consigue dotar de una potencia general a todo el conjunto, haciendo que un servidor se aburriese un poco. Aunque como ya hemos dicho anteriormente, no es suya toda la culpa.

En cuanto a los actores, el que sobresale por encima todos es el interpretado por Brad Pitt, ya que como hemos dicho anteriormente, sobre él pesa toda la potencia de la historia. Los demás interpretes quedan relegados a segundos papeles planos que no dan profundidad a la historia. En ningún momento llegas a sentir nada de empatía por los personajes que aparecen en la pantalla y es posible que si mueren o no llegue a darte igual.

Pero entonces, ¿Estamos ante una buena película? Es una pregunta a priori fácil, pero el caso es que ‘Guerra Mundial Z’ es una de esas excepciones que se salen de la regla. Y es que aunque los antagonistas de la historia son zombie, no estamos ante una cinta de este subgénero, sino ante un thirller de acción en el que no veremos que se vierta ni una sola gota de sangre. Es decir, estamos ante la primera película de muertos vivientes para todos los públicos.

Este tipo de película se podría haber hecho perfectamente cambiando los zombies por otra amenaza, como unos alienígenas o unos robots rebelados contra la humanidad, y podría haber estado dirigida por directores de la talla de Michael Bay o Roland Emmerich y ni nos habríamos dado cuenta. Su función no va más allá de entretener al espectador y hacerle pasar unas dos horas distraído, pero sin más.

Ahora, a cada uno le toca elegir si este es el tipo de cine que va buscando o por el contrario no le interesa para nada. En mi caso, no puedo ser más subjetivo, ya que al haberme leído el libro y ser firme seguidor del subgénero de zombis, la película no me gustó. Films como estos los vemos a diario. Es cierto que amplían un poco más el ámbito de temas a utilizar en una película de acción, pero a costa de desvirtuar el sentido real de las películas de zombies.

Sin embargo, la película cumple su cometido, ya que entretiene, tiene una dirección solvente y un actor con mucho tirón (merecidamente). Es una película efectiva, trepidante y repleta de acción, así que no se puede decir que sea una mala película. Pero tampoco se puede decir que sea buena, simplemente aceptable.

El final abierto y la recaudación en taquilla nos pone en la pista de que no va a ser el único episodio Z que vamos a poder ver. Me gustaría pensar que en la siguientes partes se optaría con esas concepción original del cine de muertos vivientes, pero mucho me temo que no va a ser así.



Crítica de "Orange Is The New Black".




El tópico carcelario de literas, tatuajes y tipos duros en producciones audiovisuales de todo tipo es algo tan trillado como lo son el macho alfa en el género de terror, o el hombre perfecto en las comedias románticas. Porque si no tampoco sería un tópico, diré. Es por eso, entre otras muchas cosas, que lo que hoy traigo resulta mínimamente refrescante.

Lo primero que hay que saber de Orange Is The New Black (OITNB) es que no es precisamente un producto convencional. No sólo en contenido, como se explicará en las siguientes líneas, sino también en formato: su distribuidora, Netflix, ofreció al público, el mismo día de la emisión del primer episodio, la serie al completo online (como ya hiciera con House Of Cards o Hemlock Grove). Y ya tenía confirmada una segunda temporada. Se podría decir entonces que ésta es una serie íntegramente independiente.
Lo segundo a destacar antes de meternos en faena, es que su creadora es Jenji Kohan, responsable también de la sit-com Weeds. Y que está basada en unas memorias escritas por Piper Kerman bajo el mismo nombre.

La historia se centra en Piper Chapman (Taylor Schilling), una treintañera de Connecticut que vive acomodada en Nueva York con su prometido, Larry Bloom (Jason Biggs) y que es condenada a 15 meses de prisión por haber transportado, hace 10 años, una maleta llena de dinero proveniente de tráfico de estupefacientes.

Para continuar, quizás, deberíamos ahondar en la protagonista, Piper Chapman. Siendo creativos a la hora de analizar, se podría decir que hay dos Pipers, dos caras de una misma moneda:
- La Piper “niña bien” de la que hemos hablado, prometida con un escritor, con un negocio propio, y una vida completa y repleta de pequeños lujos sin los que apenas puede imaginar su vida, viviendo lo que se llama “el sueño americano”, y cuyo sino más probable sea convertirse en ama de casa.
- Pero Piper también fue, y no hace mucho tiempo, una chica universitaria. Hija de una familia apoderada, sí, pero también rebelde, aventurera, como si intentara demostrarse a sí misma que no es esa pija de Nueva York, que se enamora de, efectivamente, una mujer, Alexandra Vause (Laura Prepon), narcotraficante de un cártel internacional de drogas.

Las dos están enamoradas. Evidentemente, la segunda Piper hace pagar a la primera por sus délitos ante la siempre justa ley americana, y ambas acaban con su estilizado culo en la cárcel. Y claro, cuando la Piper-bien y la Piper-bollo se encuentran en la cárcel de mujeres de Lichfield, entre las mismas cuatro paredes, la protagonista no puede hacer otra cosa que enfrentarse a sus fantasmas del pasado y, lo que es peor, a sí misma.



¿Sabéis? Quizás haya tres Pipers.

La tercera, Chapman, es a la que conocemos de manera directa en prisión, y a la que vemos sobrevivir y evolucionar, como si de una suerte de Darwin se tratara. Pasa primero de ser la floja chica que no aguantaría una noche en la cárcel, a una Chapman que, mediante los manidos instintos de supervivencia consigue adaptarse a la vida entre rejas. La supervivencia es definitivamente uno de los elementos más presentes a lo largo de los 13 episodios. Con el paso de los mismos, el personaje de Chapman comienza a desdibujarse, a desgastarse, por motivos que van interponiéndose en su estancia y que no os vamos a descubrir aquí.

Como serie, OITNB cabalga entre el drama y la sit-com con una trama que avanza, más que avanza, trota, tomándose su tiempo unas veces y acelerando muy pocas, y se apoya en la comedia (negra, en su mayoría) y, sobre todo, en unos, digamos, carismáticos personajes.

Porque en OITNB cada personaje tiene una parte importante en la historia y todos participan de ella. Cada uno de ellos tiene un oscuro (o no tanto) pasado, una pequeña (o no tanto) intrahistoria que explica su raison d'être, su condena y sus cargas dentro y fuera de prisión. Para conocer todos estos entresijos, la serie se sirve de flashbacks, herramienta habitual y efectiva, que puede recordar a series como Lost. Estos personajes son el principal activo de una serie que, además, se sirve de ellos como conductores de la trama, cruzándose en el camino de la misma.

Pero lo que OITNB ofrece de una forma que ninguna otra hace es un tratamiento sin cortapisas de temas complejos como la sexualidad o el racismo. Homosexualidad y razas van constantemente cogidos de la mano de homofobia y racismo, como si no se pudieran entender a los primeros sin los segundos. Como si en algún momento alguien hubiera aprovechado un despiste de la humanidad y hubiera cambiado variables dependientes por independientes. Los guetos, o la figura de Sam Healy dan buena cuenta de ello. Además, desarrolla unas interesantes relaciones de machismo y dominación, al igual que trata la libertad o la supervivencia, como no podía ser de otra forma.


La cárcel se intenta representar de manera, se entiende, fidedigna, dura. Y, por remoto que parezca, ésto provoca más de una situación grotesca y surrealista que, en ocasiones, hace al espectador plantearse si de verdad está ante un contexto crudo como es el carcelario. Los guardias, que son a priori la otra cara de la moneda, la de la rectitud y la ley, muestran unos perfiles muy similares a los de las delincuentes, como si su única diferencia o suerte fuera el color de su uniforme.

La banda sonora es acertada, de buen gusto, aunque no carga con mucho peso dramático, más alla del brillante opening, “You've Got Time”, a cargo de Regina Spektor, una de las voces femeninas más representativas de la música independiente. A lo largo de las 13 entregas se encuentran, además, interesantes referencias culturales a Oz, Bon Iver o The Smiths, usadas siempre en clave de humor.


Nos enfrentamos, en definitiva, a uno de los mejores estrenos de la temporada, (junto a Utopia o Broadchurch) y uno de los mejores entretenimientos del verano. Porque OITNB ofrece eso, entretenimiento, en una trama sencilla bañada en una dramedia, o tragicomedia, que tan pronto ofrece escenas dramáticas potentes cargadas de una emotividad punzante, como continuas situaciones surrealistas, que relativizan los problemas del exterior. Se sustenta sobre un brillante guión que hace a la serie alcanzar cotas muy disfrutables.

Fundido a naranja.

"And so the penguin says, "Dude, he's not an eggplant, he's retarded".

Fundido a negro.

¡Nuevo colaborador en el blog!


Cinco meses… Bueno, casi  seis ya. Casi seis meses desde que, cansado de ser un “Ni-Ni”, le propusiera a mi compañera Elena crear ese blog que tanto tiempo habíamos deseado hacer. Seis meses lanzando a la red improperios o elogios contra toda película, serie, o disco de música que teníamos la oportunidad de escuchar y disfrutar (o no).

Seis meses y 34 entradas después, ambos hemos dejado de ser “Ni-Ni” y tenemos trabajos (precarios, pero trabajos) de los que disfrutamos y que, por desgracia, nos chupan más tiempo del que desearíamos. Solo han pasado seis meses y solo hemos escrito 34 entradas, algunas de dudoso valor intelectual, sin duda.

Por eso decidimos que necesitábamos a alguien que nos echase una mano. Alguien que, como nosotros al principio de esta aventura (bueno, más bien aventurilla), tuviera el tiempo suficiente como para dedicarle más tiempo a esta pequeña bitácora virtual, para que este pequeño carrusel no gire de forma tan intermitente.

Pero el elegido no podía ser un cualquiera, para eso ya teníamos al tipo que se encuentra escribiendo estas líneas. Necesitábamos a alguien con un intelecto avispado, inteligente, con gracia al escribir y que le gustasen los temas de lo que trata nuestro humilde blog. Además, debía ser apuesto y guapo. Pensamos que sería muy fácil...

Por desgracia, tras días y días intentándolo, no encontramos a nadie que se adaptase a nuestros requisitos. Vale, es posible que las credenciales que pedíamos fuera algo… disparatadas, incluso excesivas, me atrevería a decir. Pero, ¡eh! Soñar es gratis, ¿no? Al menos eso es lo que dicen por ahí.

Así que ahí estábamos, en el punto de partida, siendo solo dos y sin saber quién nos podría echar una mano con este blog… Estábamos desesperados, y para tiempos desesperados, medidas desesperadas. Y fue así como pensé en el señor que a partir de hoy se une a nuestra pequeña, pero honorable causa. El señor Ivan Carrascal.

Dicho su nombre, este es el párrafo en el que yo debería elogiar la sabiduría de nuestro nuevo compañero, exponiendo que es un tío leído, ¡y con estudios! Pero eso no es mi rollo, prefiero que el “novato” se defienda por él mismo con lo que vaya escribiendo poco a poco aquít, y estoy seguro que eso será mucho mejor que cualquier adulación que yo pueda hacer hacia su persona.

También podrás leer sus amplias reflexiones filosóficas en su tuiter (@CarrascalDeJarl) o en su blog (http://yahoradigoguebah.blogspot.com.es/)

¡Bienvenido compañero!

lunes, 12 de agosto de 2013

Ahora me ves... - Magia tramposa



Los robos a bancos siempre son un buen tema para sacar una película. Actualmente, sacar una nueva película de este subgénero que realmente impresione o sea innovadora resulta realmente difícil. A la cabeza se me vienen ejemplo interesantes en la última década como la trilogía de Ocean´s, a excepción de la última entrega (recordemos que ‘Ocean´s Eleven’ es un remake) o ‘Plan Oculto’.

‘Ahora me ves…’ llegaba hace casi un mes a nuestro cine (perdón por la tardanza) envuelta por un reparto cargadito de estrellas, con Woody Harrelson, Morgan Freeman, Michael Cane, Mark Ruffalo y Jesse Eisenberg a la cabeza y dirigida por el solvente Louis Letterrier, responsable de cintas tan entretenidas como ‘Danny The Dog’ o ‘Transporter’.

La película nos cuenta la historia de “Los Cuatro Jinetes”, un grupo formado por los mejores ilusionistas del mundo que en sus espectáculos se dedican a robar bancos y a esparcir el dinero de los atracos entre el público. Tras el primer robo, un equipo del FBI empezará a seguirles la pista.

Con esta historia, ‘Ahora me ves…’ comete su principal fallo en desaprovechar una premisa tan potente e original convirtiéndola al final en una típica película de ladrones y policías que no aporta nada nuevo y que termina resultando previsible, a excepción de un giro de guion final que a un servidor le pareció bastante tramposo. Sin embargo, dicho esto, hay que aclarar que la película es un buen entretenimiento que te hará que sus casi dos horas de duración se te pasen voladas.

El principal responsable de que disfrutemos plenamente de este buen entretenimiento es Louis Leterrier. Especializado en el cine de acción, el director francés da un paso en su carrera (aunque pequeño) y dirige con solvencia esta comedia/thriller con un ritmo frenético, elemento palpable en toda su filmografía, logrando secuencias trepidantes como la de la persecución entre Mark Ruffalo y Dave Franco.

En cuanto al trabajo de los actores, todos se desenvuelven con soltura en sus papeles, por otro lado rutinarios y planos. Con un reparto tan lleno de estrellas cabe destacar la presencia de Michael Caine, que ya a su avanzada edad, resulta bastante difícil verle en la gran pantalla. Sin embargo, a base de pequeños papeles siempre resulta gratificante ver a este grande de la interpretación.

En resumidas cuentas, ‘Ahora me ves…’ termina siendo un buen entretenimiento de verano pero rutinario, que no ofrece nada nuevo. Esto no quiere decir que por ello estemos ante una mala película, todo lo contrario. La película cumple con su principal propósito, entretener. El problema reside es que con una premisa tan interesante termine resultando ser una película tan tradicional y algo tramposa, haciendo que saliese del cine con una sensación bastante agridulce.

ACLARACIÓN CON SPOILERS, ¡NO LEER SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA!

Esta aclaración sirve para que pueda explicar con toda claridad el por qué me parece que la película falla tanto en el guion y convierte a la cinta en otro espectáculo palomitero efectivo, pero sin nada nuevo y tramposo.
A mitad de la película, nos enteramos de que el grupo de magos  es posible que esté trabajando para una organización de magos antiquísima que vela por la magia buena, que busca la ilusión de su público y no estafar y aprovecharse de éste. Hasta ahí todo bien.

Pero sin embargo, llegados al final del metraje, nos enteramos de que todo el ardid perpetrado por el agente del FBI Dylan Rhodes [Mark Ruffalo] (este es el giro de guion al que me refería, ya que cuando todo indicaba que la que lo había organizado Alma Vargas [Mélanie Laurent] , el guionista decide tomarnos el pelo y que sea el señor Ruffalo) era una venganza personal contra Thaddeus Bradley [Morgan Freeman], que había hundido en la miseria al padre del Ruffalo años atrás. Así que aquí no hay ni buenas intenciones ni nada.

Por lo tanto, lo que resultaba que era una plan maestro “por una magia limpia” resulta ser una venganza personal… Y es por cosas como estas por las que uno muchas veces se siente estafado cuando va al cine.

martes, 6 de agosto de 2013

"Tres 60" la pseudo-historia de surf que menos habla del surf


La vida del periodista tiene como en todas las profesiones sus cosas malas y sus cosas buenas. Podría decirse que esta película ha sido una de las peores cosas que me han pasado en esta profesión. Es un poco extraño que personas tan intelectuales, o eso creo, como Santiago Segura o Warner Bros. apuesten por semejante film. 

Os resumo la sinopsis para que os hagais una idea de el "bodrio" que vi: Guillermo (Raúl Mérida) es un estudiante de marketing de estilo surfero pero con más pinta de malote que de otra cosa que trabaja de modelo en QuickSilver y que descubre por casualidad un antiguo carrete fotográfico que decide revelar para ver que hay dentro, para ello le ayuda una chica que recuerda a Pocahontas llamada Daniela (Sara Sálamo), una estudiante de Bellas Artes y  fotógrafa de éxito. Al revelar las fotos encuentran una cara conocida: la de su amigo Iván, desaparecido durante su infancia en extrañas circunstancias. Guillermo comienza una investigación, como si del Inspector Gadget se tratara, con la ayuda de Daniela, su amigo “El Ruso” (Adam Jezierski) y su hermano pequeño, un friki de la informática.

Un Tres60 es un giro muy complicado que realizan los surferos y al ver el título muchos suponíamos que el surf sería determinante para la historia, hasta que tres minutos después nos damos cuenta de que la temática surf no viene a cuento.

Lo único entretenido de la película es su BSO creada por el grupo "Dinero" que fue lo único que me mantuvo despierta durante toda la sesión.

El filme es un potingue de película adolescente de universitarios con comedia y un intento de thriller. Sorprende esta película por las personas que hay detrás como su director Alejandro Ezcurdia  acompañado por el guionista Luis Berdejo, creador de  "[REC]" o "[REC]3" junto a Paco Plaza, Jaume Balaguero o David Gallart quienes, después del petardazo, se los rifaban para escribir la versión americana "Quarantine". Increíble también porque sus actores, a pesar del desastre, muestran su entusiasmo por su "papelazo" en la película y lo defienden hasta la muerte.

No es recomendable pero si queréis verla tampoco perdéis nada, unas risas  ante tanta incoherencia os echaréis. Y tras todo esto mi gran duda es...¿Por qué decidió Santiago Segura apostar por esta película pudiéndose quedar en sus comedias habituales?