lunes, 16 de septiembre de 2013

Crítica de "La Gran Familia Española"


El director Daniel Sánchez Arévalo vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras grandes éxitos como "Azuloscurocasinegro" o "Primos" para describirnos a su imagen de "La Gran familia española", una familia formada por cinco hermanos cuyos nombres son los mismos que los compuestos por la gran familia de la película "Siete novias para siete hermanos" de 1954. "La gran familia española" se enmarca entre tres puntos importantes: la importancia de la película antes mencionada en la vida de los protagonistas, la final del mundial de fútbol en la que nos convertimos en campeones del mundo y la boda del pequeño de la familia. 



El actor Patrick Criado es el que protagoniza la boda, Efrain está enamorado hasta las trancas desde los 10 años de su compañera de clase Carla (Arantxa Martí) y con la que decide casarse el día de la final del mundial, pero ¿quién iba a pensar que España iba a llegar tan lejos?. Efrain se casa tan prematuramente para hacer feliz a su querido padre y a su gran familia formada por el deprimido Adán (Antonio de la Torre), el entrañable Benjamín (Roberto Álamo), el altruista Caleb (Quim Gutiérrez), el responsable y remozado Daniel (Miquel Fernández) y el descerebrado Efraín.



 Todos ellos -con nombres bíblicos, ordenados de mayor a menor alfabéticamente- son hijos de padre al que da vida Héctor Colomé, un hombre enfermo, amante de Siete novias para siete hermanos y que vive anclado en el recuerdo de su mujer, que le abandonó hace años.



Triángulos amorosos, emociones enfrentadas, viejos secretos y muchos y muy atinados golpes de humor se van sucediendo con la narración del partido de fondo en un filme en el que Sánchez Arévalo consigue mezclar de forma perfecta el drama con la comedia.


Daniel Sánchez Arévalo consigue con La gran familia española dar un paso más en esa aspiración y en la evolución de la comedia de nuestro país. Y lo ha conseguido por un guión fácil y libre de complejos, un montaje bien construido y eficaz y un reparto que aprueba con sobresaliente en el examen de los más críticos.

De todos los dos actores que destacan por excelencia por su entrañable papel son Antonio de la Torre y Roberto Álamo que son la antítesis de el drama y la tristeza interpretada por De la Torre y la felicidad y la comedia representada en Álamo. También cabe destacar la aparición estelar del actor Raúl Arévalo que con tan solo unos segundos, y sin abrir la boca, se lleva en su saco varias de las carcajadas más sonoras del público.




En resumen, "La gran familia española" es la comedia española del año y que la campeona del mundo se merecía. Una película que mezcla sentimiento, familias imperfectas, el buen humor y los quesitos. 




¡Bravo Sánchez Arévalo!



Parece que el cine español está pagando la crisis, estamos en el mes de septiembre y no son demasiadas las películas que han pasado por taquilla o bien están esperando a los meses finales para presentarnos más y mejores propuestas, y puede que sea esto último lo más probable.
Para muestra un botón con “La gran familia Española” que este viernes 13 se planta en las carteleras de cine, sin tener prejuicios con la fecha, avalada por la dirección de Daniel Sánchez Arévalo y como bien dice él con “su casi ya compañía de reparto” por el plantel de actores habituales en sus trabajos y alguna que otra cara que se va conociendo poco a poco en el panorama cinematográfico.
Adán (Antonio de la Torre), Benjamín (Roberto Álamo), Caleb (Quim Gutierrez), Daniel (Miquel Fernández) y Efraín (Patrick Criado) son cinco hermanos cuyos nombres fueron sacados de la película “Siete novias para siete hermanos” ya que sus padres se enamoraron con ella. Efraín es el pequeño y llega el día de boda, por cosas del destino coincide con la final del mundial de fútbol de Sudáfrica, y España es uno de los finalistas, parece que todo se pone en su contra, porque todo el mundo parece estar más interesado en el evento deportivo que en el emotivo, por lo que todo se complicará para que ese día se lleve a cabo.
Cartel de "La Gran Familia Española".
Aquí en el guión lo que importa no es su tono, que es muy bueno en todo momento, no es la comedia que muchos querrán catalogar como tal el género del film, lo fundamental es el engranaje de la historia, como se desmenuza gota a gota, cada parte, cada hijo, con sus complejidades y sus aportaciones a la familia, lo que hace un conjunto de unión y de vitalidad en sí a la trama.
No es que se mezclen los géneros en cuestión como son el drama y la comedia, es que se compenetran. Nunca podríamos calificar “La gran familia Española” como pura comedia, pero sí que la sentimentalidad es una de las características más relevantes de todo el metraje, incluso llegando a emocionar y para eso nada mejor que el tándem formado por Daniel Sánchez Arévalo y Quim Gutiérrez, porque además esa voz narrativa del final del film es digna de escuchar tantas veces como sea posible, cautiva como Quim sólo sabe hacer con sus actuaciones y con esa voz que embauca.
Cada personaje podría ser definido por varios adjetivos, pero todos tendrían en común bondad, esa que rebosa en todo momento en el ambiente, donde la maldad no tiene cabida, donde los sentimientos afloran a flor de piel, dónde las relaciones son importantes, porque tener un contacto con otra persona es sinónimo de salud.
Y el mérito de este éxito, para mi gusto, es el saber llevar tan bien la trama, que hacía tiempo que un final no me daba tanto significado a lo anteriormente acontecido, no te lo esperas, y eso es importante, porque en la mayoría de las películas tanto con humor como con profundidad te ves venir el final, pero aquí nos sorprende, es un gran secreto guardado muy bien, y sobre todo calculado al milímetro para que nunca el espectador vaya por esa vía.
la-gran-familia-española-1
Como bien dice el director “ni es una comedia ni va de futbol”, por mucho que sea el día más feliz de uno de los protagonistas, su boda, y todo gire en torno a una final de la selección española, solo hay algo en común en esos dos actos que es lo que marca y mucho, y ello no es otro que la ilusión, por la vida, por la familia, por las relaciones, por todo en general y nada en particular por la búsqueda de una felicidad que nos da mucho y tanto nos cuesta ganar.
“La Gran Familia Española” contiene un discurso locuaz, intenso pero fresco y juvenil al mismo tiempo, para atraer a todo tipo de público, para entretener pero a la vez educar el alma, reconfortándonos con situaciones inverosímiles pero cotidianas porque la familia es tan distinta en cada caso como locuras hay en la vida.
Y por cierto ¿Quién ha dicho que la locura no da la felicidad? Daniel Sánchez Arévalo ahonda en lo más profundo del ser humano, con sus pros y sus contras en su anhelo por ser feliz en el día a día, con contención y con emoción, dando con la chispa de la vida: la ilusión aunque sea a base de locuras. Hay secuencias que no seríamos capaces de comprender fuera del contexto del guión pero ahí dentro da igual lo disparatado que parezca todo tiene su explicación y comprensión, a la vez necesario para explicar el porqué de cada acto de cada uno de los hijos.
La cinta es todo un retrato de una familia complicada, pero no rebuscada, con sus defectos y con sus virtudes, reivindicando la unión por encima de todo, donde el respeto es algo fundamental y queda patente en todo momento, siendo un valor que sobresale.
Lo más original del guión de “La Gran Familia Española” es la frescura de todo lo tratado: las carencias, secretos, enfermedades, relaciones y esos amores ya sean de pareja o paternales que están llevados con gran calidez, tacto y cariño sin ofender a nadie, y en todo momento con un poso de nostalgia viviendo en una pasado ya no existente pero que dio alegrías, donde el amor puede que incluso ser el mayor de los oponentes por poner a los protagonistas contra las cuerdas en las decisiones más complicadas a tomar en la vida.
Cómo veis mucho fondo para digerir, disfrutar y aprender, por la sabiduría que da la vida reflejado en todo el metraje, además siempre con una sonrisa y una positividad que nunca hay que perder.
No voy a resaltar ninguna actuación en particular porque todos están espectaculares, Daniel Sánchez Arévalo ha sabido darles a cada uno un registro totalmente opuesto a lo que ya hemos visto, y ha sacado lo mejor de cada uno. Otro dato a resaltar para aquellos que vayáis a ver la película es que os fijéis muy bien en la banda sonora, excelente.
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