martes, 13 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z - Zombies para todos



Llevo varias días planteándome cómo enfocar la crítica del que era, para mí, el estreno más esperado del verano. Vista la extensión de lo escrito, he decidido dividir este post en dos partes bien diferenciadas, una haciendo una pequeña reflexión sobre el universo zombie y hablando del libro  Guerra Mundial Z y otra parte dedicada integramente a la crítica de la película. Si solo te interesa la película, busca las mayúsculas más abajo. Si, por el contrario, tienes mucho tiempo libre y te gustaría leerte todo el texto, he de decir que a un servidor le harías muy feliz. Allá vamos:

De los subgéneros de terror, mi favorito es el protagonizado por los zombies, ya no porque el hecho de que un muerto viviente represente una amenaza aterradora que te puede engullir sin problema y convertirte en un despojo insaciable de carne humana, sino porque en las películas de muertos vivientes (en las buenas películas de zombies) se profundiza más allá del propio miedo a estos “seres” y se hace patente un peligro aún mayor si cabe.

En efecto, estamos hablando del propio ser humano. Nadie sabe a ciencia cierta qué estará dispuesto a hacer en una situación de vida o muerte hasta que no llega ese momento, y las películas de muertos vivientes son el escenario perfecto para poner a prueba estos límites y ver hasta qué punto estamos dispuestos a deshumanizarnos con tal de poder sobrevivir unos pocos días más.

Se podría decir que en esos momentos al filo de la navaja, son en los que uno demuestra qué tipo de persona es en el fondo y lo que está dispuesto a hacer, ya no solo por él mismo sino por los que están a su alrededor. Esa vuelta a los orígenes de la humanidad, esa crudeza pura es lo que hace tan especial a las, repito, buenas películas de este maravilloso subgénero.

Se han hecho grandes filmes de zombies, desde la que podemos considerar la primera película de este universo, 'La noche de los muertos vivientes' de George A. Romero, que introdujo la figura del “no muerto” como la conocemos hoy en día,  hasta revisiones del mito como las geniales '28 días después' (es cierto que no son verdaderos “muertos vivientes”, pero el concepto es el mismo) y 'El Amanecer de los muertos', ésta última remake de otro clásico del maestro Romero.

En los últimos años hemos vivido un “boom” zombie y ahora estas horrendas criaturas se han convertido en filón perfecto para que Hollywood pueda seguir engordando sus arcas repletas de billones de dólares (un ejemplo perfecto es 'Warm Bodies'). Los principales culpables de esta resurrección han sido las dos películas nombradas anteriormente, la serie de cómics 'The Walking Dead' (que cuenta con una serie de televisión un tanto irregular) y el libro 'Guerra Mundial Z', que es la razón por la que estoy escribiendo estas líneas hoy.

La novela de 'Guerra Mundial Z' narra, a través de entrevistas a los supervivientes de la catástrofe, cómo la humanidad consigue hacer frente a los zombis durante los 12 años de duración del conflicto. La peculiaridad del libro de Max Brooks (hijo del maestro de la comedia Mel Brooks) es su acercamiento hiperrealista al suceso, diseccionando la forma de actuar de los diferentes gobiernos y países a lo largo del mundo, dependiendo de la sociedad y la cultura de cada lugar.

En las historias de zombis, se nos suele mostrar a un pequeño grupo de supervivientes luchando contra situaciones de vida o muerte. Sin embargo, en la novela de Brooks el enfoque es totalmente distinto, globalizando la infección y tomándose a los zombis como una amenaza que hay que erradicar. Se forma una guerra contra un enemigo inusual, que va creciendo de manera exponencial y al que no se sabe cómo combatir.

Sin embargo, el autor no se olvida de el factor de supervivencia pura de este tipo de historias y a medida que va explicando cómo se afronta la infección a lo largo del mundo, incluye relatos escalofriantes de gente normal que afronta la pandemia y sobrevive como buenamente puede, dejando presente esa característica tan importante.

Así pues, el libro ‘Guerra Mundial Z’ consigue transmitir ese instinto de supervivencia latente en el hombre, como en toda buena historia de zombies, pero además consigue añadir unos nuevos matices a un subgénero que parecía abocado a repetir sus mismos esquemas. Globaliza la amenaza y la vuelve “real”, dotando al relato de una crudeza aún mayor.

Después de esta observación, no es difícil apreciar que resulta casi imposible adaptar fielmente esta obra a la gran pantalla, ya que no hay un único personaje protagonista, sino muchas historias y muchos aspectos que contar. La mejor forma de haber adaptado está gran historia hubiese sido una serie, pero aquí estamos hablando de cine.

CRÍTICA GUERRA MUNDIAL Z

Hace ya unos años, nos enterábamos de que la productora de Brad Pitt (Plan B) adquiría los derechos de esta novela para adaptarla al cine. Después de muchos problemas con el guion y el rodaje, por fin llegaba a nuestras pantallas este esperado blockbuster. La sombra de las trabas en la producción de la película pronosticaban un fracaso total, tanto artística como económicamente. Sin embargo, la película ha recaudado a día de hoy más de 490 millones de euros a lo largo del mundo, convirtiéndose en la película más taquillera del estadounidense.

‘Guerra Mundial Z’ nos pone en la piel de Gerry Lane, un ex investigador de la ONU que será el encargado de evitar lo que podría ser el fin de la civilización cuando el mundo comienza a ser invadido por una pandemia de muertos vivientes. Con el tiempo en su contra, Gerry tendrá que recorrer medio mundo para encontrar una solución que acabe con la horrible epidemia que está azotando al mundo.

Con poco que ver con el libro, 'Guerra Mundial Z' se cimienta en un solo personaje, haciendo evidente la máxima del cine de que la trama tiene que estar al servicio del personaje, en este caso, el interpretado por Brad Pitt. La infección zombie se queda en un segundo plano para el total lucimiento del actor, llegando a veces a olvidar contra qué está luchando en realidad nuestro héroe.

En un afán por hacer honor al nombre del filme, los guionistas (nada más y nada menos que cinco personas metieron mano al libreto) llevan a Gerry de un lado a otro del planeta, haciéndole recorrer medio mundo. El resultado final de esta “ingeniosa” estrategia es irregular ya que termina por desfragmentar y entorpecer la continuidad del relato.

Por otro lado, la labor del director, Marc Forster, responsables de películas tan dispares como ‘Quantum of Solace’ o ‘Descubriendo Nunca Jamás’ nos deja secuencias bastante impactantes como el viaje en avión o la escapada de la base de Corea,  que añaden un buen ritmo a la película, pero no consigue dotar de una potencia general a todo el conjunto, haciendo que un servidor se aburriese un poco. Aunque como ya hemos dicho anteriormente, no es suya toda la culpa.

En cuanto a los actores, el que sobresale por encima todos es el interpretado por Brad Pitt, ya que como hemos dicho anteriormente, sobre él pesa toda la potencia de la historia. Los demás interpretes quedan relegados a segundos papeles planos que no dan profundidad a la historia. En ningún momento llegas a sentir nada de empatía por los personajes que aparecen en la pantalla y es posible que si mueren o no llegue a darte igual.

Pero entonces, ¿Estamos ante una buena película? Es una pregunta a priori fácil, pero el caso es que ‘Guerra Mundial Z’ es una de esas excepciones que se salen de la regla. Y es que aunque los antagonistas de la historia son zombie, no estamos ante una cinta de este subgénero, sino ante un thirller de acción en el que no veremos que se vierta ni una sola gota de sangre. Es decir, estamos ante la primera película de muertos vivientes para todos los públicos.

Este tipo de película se podría haber hecho perfectamente cambiando los zombies por otra amenaza, como unos alienígenas o unos robots rebelados contra la humanidad, y podría haber estado dirigida por directores de la talla de Michael Bay o Roland Emmerich y ni nos habríamos dado cuenta. Su función no va más allá de entretener al espectador y hacerle pasar unas dos horas distraído, pero sin más.

Ahora, a cada uno le toca elegir si este es el tipo de cine que va buscando o por el contrario no le interesa para nada. En mi caso, no puedo ser más subjetivo, ya que al haberme leído el libro y ser firme seguidor del subgénero de zombis, la película no me gustó. Films como estos los vemos a diario. Es cierto que amplían un poco más el ámbito de temas a utilizar en una película de acción, pero a costa de desvirtuar el sentido real de las películas de zombies.

Sin embargo, la película cumple su cometido, ya que entretiene, tiene una dirección solvente y un actor con mucho tirón (merecidamente). Es una película efectiva, trepidante y repleta de acción, así que no se puede decir que sea una mala película. Pero tampoco se puede decir que sea buena, simplemente aceptable.

El final abierto y la recaudación en taquilla nos pone en la pista de que no va a ser el único episodio Z que vamos a poder ver. Me gustaría pensar que en la siguientes partes se optaría con esas concepción original del cine de muertos vivientes, pero mucho me temo que no va a ser así.



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